La portada de la edición del Winston-Salem Journal del 27 de noviembre de 2013 recogía el viaje de inmigración de Alejandra, asistente legal de la AEM:
Charles King cumplió 19 años en una trinchera.
"O, como lo llamamos en el Cuerpo de Marines, un agujero de combate", dijo la semana pasada, en su casa de Winston-Salem. En marzo de 2003, King fue la punta de la espada, parte de la primera oleada de asalto en la invasión estadounidense de Irak.
Alejandra Apreza, huérfana, cumplió 13 años en modo de supervivencia.
Cuando King estaba a punto de recibir órdenes de marcha, ella ya había puesto rumbo al norte. Era noviembre de 2002, dos semanas después de que su madre, Glafira Sánchez, muriera de un ataque al corazón, dijo, sentada al otro lado de la habitación de Charles.